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¡Ahorra combustible!

¡Ahorra combustible!

La inversión en gasolina o diésel suele suponer un gran gasto en la economía familiar, de ahí que sea importante conocer las prácticas para ahorro de combustible. Durante unos años 2013/2015 la gasolina bajó sus precios, pero durante los últimos años 2016/2017, el combustible ha aumentado sus precios considerablemente.

Para afrontar este ascenso de los precios intentaremos buscar ahorro en el consumo de dos formas diferentes, los que están relacionados con la conducción y los que afectan cuando el coche está parado.

Si haces viajes largos habitualmente lo más adecuado es planificar tu ruta para que el trayecto resulte lo menos oneroso posible. Hoy en día existen muchas herramientas que calculan el trayecto más adecuado para el conductor, por tiempo o recorrido, como por ejemplo Vía Michelín.

EL siguiente paso es prestar atención a los neumáticos, consejo que hemos dado en post anteriores. Si las ruedas no están hinchadas o su presión está por debajo de la recomendada, el neumático se deformará y no solo será peligroso para la conducción sino que habrá mayor fricción y por lo tanto el consumo se incrementará. Por eso es recomendable que en cada parada para repostar se revise la presión de las ruedas, un hecho que puede ayudarnos a ahorrar entre el 2 y 4% de la gasolina.

Si los viajes son largos y llevamos mucho equipaje debemos tener en cuenta la carga del vehículo debe estar equilibrada y en el maletero, ya que el peso influye en el gasto de carburante. Si no es posible porque es demasiada carga y tienes que utilizar un remolque o baca debes tener en cuenta que el consumo se disparará, de hecho cada 100 kilos adicionales de peso para el vehículo, supone un incremento del consumo de un 6%.

Con respecto a la conducción, una vez nos sentamos al volante, con pequeñas acciones podemos contribuir al ahorro. No debemos arrancar el coche acelerando, es decir, pisando solo el embrague y accionando el embrague podemos ahorrar combustible y además no hacemos sufrir al motor. Del mismo modo debemos evitar los acelerones bruscos, utilizar marchas largas e intentar encontrar una velocidad constante.

Las marchas cortas generan mayor gasto, por lo tanto es recomendable conducir en marchas largas; en los coches diésel es ideal hacer el cambio entre las 1.500 y las 2.000 revoluciones y en los coches a gasolina el umbral está ente las 2.000 y las 5.000.

Por últimos queremos recordaros que cuando hace calor, a partir de una velocidad aproximada de 70 km/h se recomienda utilizar siempre el aire acondicionado o climatizador y no abrir las ventadas, ya que el aire entrando en el vehículo lo va a frenar y el motor tendrá que hacer mayor esfuerzo.

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